Protervidad

"El mar respira hondo en la casa abandonada" -Ana Enriqueta Terán.

espacio en cirugía.

(…)

V

Si supieras lo que significa

llevar siempre una montaña dentro

                                                                 un rio muerto

                       las luces de una ciudad

            llena de vergüenza

entenderías cómo somos

           en medio de tanta

                                           confusión

                                            y desaliento.

 

                                                                         [Alejandro Bruzual]

 

 

 

El diálogo con la vigilia; la tierra de la noche que alumbra el vientre desgajado, ¿cómo plantar una victoria si tengo los pies impregnados de ausencia? -el centro de mi cuerpo es una sombra navegante, inmortal-, un lenguaje es una tormenta enceguecedora, entonces nos arrastramos, cuándo los labios sean indefensos ante las ágatas, un ancestro huye desde siempre en mi rostro recién llegado. Habita tus muertos con discreta dulzura, en la geometría desnuda, en sus lenguas de fuego.

 

Los senos, los escombros de la espuma cuándo tu cabello largo cubre los ojos de la serpiente

cuándo  te inhala un espacio, cuando se esconde en tu sexo antiguo, húmedo de miedo, oscuro de guerras,  darle vida a una bondad llena de sangre,

 

atardezco,

la garganta es un continente de humanas arrastrándose al margen del luto.

 

¿por qué cada palabra es una nueva enfermedad?

Era una especie, a modo de bestia.
una amor abordado,
invertebrado.
y la ausencia era cualquier modo de contener el espíritu.

 

dormir al espectro del blanquísimo, uno de los abismos algebraicamente más dolorosos;

desprenderse en hebra, hilar la muerte arrastrada desde el cabello.

Pintar de una mancha espeluznante toda la densidad del vapor,

un movimiento tan animal mantiene el silencio de la vergüenza.

 

Un método para suspender el hidrógeno.

Una caricia elemental para que toda fuerza sea lo suficientemente volátil,

alucinar la tormenta cinética,

la traslación rígida de los huesos vegetales que se desprenden con la luz,

mi abuela hace rituales antes de dormir,

 

ahora:

 

hago rituales antes de morir,

me cubro lo ojos para evitar ver tanta belleza, la mejor belleza es la de cubrirse los ojos

en

 

la mitad

 

del  desvanecimiento,

en la cascada de apnea,

una cánula de sangre idiota, una piel riéndose de morir, abriéndose para ella, yéndose de fulgor.

 

Entro situada en el rostro de la asfixia,

al centro de tu pecho,

respiras la urgencia,

respiras la atrocidad de no verte encendido.

 

 

Un vientre maternal es la monstruosidad del grito, la noche en el medio de la luz.

¡Oh noche!
Van creciendo los arroyos
que en el sueño desembocan.
Ya se me cierran los ojos.
en medio de la noche
alguien se ahoga.

Marina Tsvetáieva.

I

 

La gravedad de un cuerpo es la caricia del plomo reventándole los pómulos a la desmemoriada, la venganza inmutada de los elementos equivocados, la velocidad retenida, el haz que emana supersticioso desde su filo líquido.

 

dónde tocarás el estremecerte.

dónde acudirás a tu tiempo más cálido.

dónde serás la criatura naciente.

 

II

 

Si la belleza de la noche se une en una ventana con una candelilla en el medio

¿de dónde huye la luz?

De nuevo he de dormir en el encuentro,  en el insomnio del placer, en la sonoridad la muerte

 

quiero decir nombres a través de mis manos.

Quiero unir mis manos,

pero mis manos no me llevan a ningún lugar.

 

III

 

El sabor envilecido de las pieles de la sombra, el dolor al costado, descalzo, desnudo.

La ágil tormenta de ser el silencio; ajeno.

 

un lenguaje humano para la debilidad.

cautivar el engaño humano

traicionar la voz de la miseria, devorar nuestras lenguas de vino y de miedo.

 

el cuerpo del vacío.

que la gravedad llegue también a la memoria. (por favor)

 

 

Fotografía:  Amalia Caputo.

Image

¡No huiré y no olvidaré!
Para entregar las flores más dulces
esperaré firmemente
el milagro alegre de la muerte.

-Cherubina de Gabriak-

Sus ojos mantenían esa solidez de la madera, el ritmo de los estruendos en una garganta vertebral, repleta de una transparencia que se adhiere en el borde de la sangre.

 

una sangre desde el origen de la voz,

de la iniciación de la caída,

de cerrar la piel

de amanecer. del resguardo,

un lenguaje herido y mutilado se contuvo en el agua,

corroer la ignominia porque es la búsqueda repetida

¿y si inundamos de foscas tumbas la juventud?

 

Celebro la musicalidad de ésta soledad majestuosa y solemne, el tributo del fuego lo que respira el resplandor, el movimiento gravita abierto en nuestros manantiales discretos, el innúmero de la piedad, estremezco el luto de los óbolos, la esfinge de la serpiente se sumerge por fusión al amor perfumado, cruel, sin esfuerzo.

 

quédate en silencio:

 

camino etérea

sobre la venganza de tu voz.

Hoy no te quiero.
Que tu lengua enmudezca.
Memoria, celestina vana,
no me unas a nadie.

Sofía Parnok

 

 

Aíslarte como un gorrión.

Ocultarte en la infancia.

No regresaría a otras palabras.

Acudo al silencio de las cosas.

 

Ha transcurrido la guerra.

Regreso al templo donde niños retenidos

anuncian el templo de los nombres.

Regreso a la huída

a la penitencia salvaje.

 

He traicionado.

Debajo de la piel todo lo nocturno.

 

 

Map of Labyrinth by Kansuke Yamamoto, 1950

Map of Labyrinth by Kansuke Yamamoto, 1950.

.

el opio y los oboes; la amantada, la desesperada. cosías a la carne la vergüenza.

la que grita; la que ama.

la vulnerada por la leche

la que tiembla y saluda al alimento,

desnuda y empobrecida.

y corre, copula, se salva de la ira

;

(se vulnera a la fe)

 
al útero de magdalena.

 

al sexo hinchado de la virgen.

 

-a.fe.minada.-


en tu pecho también estaba dios.

estaba la venganza de la noche,

el golpe de las horas . la patria,

la sangre que abandona,

vertiginosa.

 

el hambre de las criaturas,

cualquier furia que trasfiere. un cadáver con la boca,

porqué besabas al mundo,

cómo si decoraras la muerte.

me tocabas, territorial. y. llorando.

¿Cómo hablarte desde aquí si mutilaron cada miembro de mi voz?

¿Cómo recordarte que en las manos llevo un mapa y una brújula para ver si me extravío de esta mi locura de sin ti?

 ¿Cómo, si tu cuerpo está tan lejos de mi abismo, allí donde lo veo y no lo toco?

-Daniela Camacho-

 

Muerdo la antigüedad de mi cuerpo, como es preciso morder la muerte, cómo cantar una plegaria a un cuerpo que celularmente se integra de la ausencia que me dejas desde el universo y su violencia; abro el silencio con la palabra y voz,  llanto, prefiero abrir el cuerpo para decirte te amo, el corazón de la ebriedad, el caballo del silencio, una piel de angustia y sed, una imagen  de agresividad para hacer un eco bulbar, para llenarme de orgullo cuando me impregnas de esa sustancia blanca y purísima que me exhorta las paredes a contraerte hasta parirte en la belleza de un orgasmo filogénesis, el oxígeno de tu sexo me respira cada órgano, un músculo fluido me conecta con tu infinito, me evaporo entre tu boca cuando decoras mis genitales con esa saliva bendita y manantial que me escribe la historia del amor en cada fascículo, las trompas de Falopio son dos planetas a punto de implosionar, uno Venus  y uno que inventé para llevar mi vergüenza a su suelo; tenderme entonces tuya y animal, quiero gritarle a tu sexo que es soez y tierno, que es ferocidad y poesía. O unos ojos que son relámpago y terminan por socavarme en las lágrimas de una bestia que se desnuda y abraza el sorbo, bebe de un vino extraído de la sangre de Magdalena; acunarte el pecho cuando la madrugada es inhumana, lavar con mi sangre tus pies al besarlos con la maternidad necesaria para que sientas estremecer la palabra madre, también la palabra ómphalus, para que regreses a tu cordón umbilical mediante el hilo que doy a luz en el instante que te adoro y me nazco en el dolor de renacer en una línea que escribe tu nombre, conectarlo a tu ombligo y dejarte líquido con una palabra de agua y una palabra eterna en la piedra, en el vientre del dios que me inventé para curarme cuando te vayas.

El templo de tu cuerpo, el árbol vertebral que me inyecté para predicarte. Soportarme ajena fuera de tu silencio.

Winifer Ravelo

Cuerpo lúteo.

1

La blástula germina capas, lo suficientemente azules como para introducirse en las paredes, penetración de cavidades, florecimiento de los pétalos, delgadez milimétrica adherida al útero.

Un blanco tenue.

ectodermo; mesodermo; endodermo.

2

El movimiento natural consiste en tragarse la luna hasta resplandecer; un fotón impregna la matriz de color, figura cromática, un cuerpo boreal te estremece los órganos

3

Abres el mito, un chorro de aureolaba  te hace anfibia, el cuerpo boreal se desprende, es multicelular, se disipa con la vitalidad de lluvia, se alimenta de raíces ovulares, arrastra en la atmósfera un rastro rojísimo del nido dónde fue procreado

4

No llores, te digo, esto es la vida, que se marchen, eso es la poesía, nunca tocarla.

 

Jessica Tremp.

Fotografía de: Jessica Tremp.